En los tiempos de crisis todos buscamos soluciones inmediatas.

 

Cuando pasa la crisis y volvemos la vista atras para ver que pasó en ese momento grave ya ocurrido, nos damos cuenta que hicimos cosas que no correspondían, pero que fueron producto de nuestra desesperación, de nuestro pánico escénico o del temor a perder lo que hemos conseguido.

Eso es lo que está pasando en todo el mundo. Todos tienen temor de todos. Al inicio de esta semana vimos como las bolsas empezaron a recuperarse en el mundo entero, y todo hacia parecer que la crisis se había ido. Y sólo habí sido una gran pesadilla de la que ya habíamos despertado. Sin embargo, otra vez, las bolsas se han ido para abajo estos últimos días.

Leyendo reportes de ventas, nos dimos cuenta que el mercado Europeo de ventas de autos se ha desplomado en los últimos tres meses. En el caso concreto de Alemania, en Julio bajaron 7.2 por ciento, en agosto 15 por ciento y en septiembre al cierre las ventas habían caído en 8.4 por ciento. Y me refiero al estado germano porque es una de las economías, después de la Inglesa quizá o a la par, de las más fuertes del mundo. Ni que decir de España donde las ventas de autos se desplomaron un 35 por ciento en el mes de Septiembre. Digo, la economía española es solida pero quizá no tanto como las dos referidas. Entonces, si Europa le va así en su contracción de mercados, que se supone que es una economía regional más estable ¿Qué irá a suceder con las economías latinoamericanas o emergentes como les llaman hoy?

Recientemente al terminar mi conferencia sobre “Cómo conseguir más ventas en tiempos de crisis”, un gerente de venta de agencia de autos en Puebla se me acercó desesperado porque el día 8 de Octubre, que fue la conferencia, el dólar se había ido a 14.80 pesos, cosa que significaba un 25 por ciento de desplome en tan solo unas horas. Tanto él como sus vendedores se mostraban preocupados porque obviamente, dado que la marca que venden es importada de oriente, todos los precios automáticamente se elevan en la misma proporción que se desploma el peso.   La pregunta que hacían era: José Luis ¿Tú que piensas de ésto, en que va a acabar, los clientes nos están cancelando pedidos ya hechos?

Obviamente, con toda la honestidad y sinceridad de la que podría presumir, les dije:“Amigos, ¿Ustedes creen que si yo tuviera la respuesta, estaría aquí en esta sala de conferencias, frente a estas más de 200 personas de todos los giros comerciales dando una charla sobre como conseguir mas ventas?” Por supuesto que no! Estaría sentado en el banco mundial, en el BID o en el Tesoro de los EU, para darles la solución mágica que nadie hasta hoy puede tener u ofrecer.

Esa es la realidad. No hay soluciones inmediatas o “cortoplacistas”. Esto es como una enfermedad mortal que se presentó en un principio como un dolor de cuerpo, luego se volvió crónica y finalmente ha terminado en poner en agonía al mundo entero. Pero hay un fondo, hay razones fundamentales que le dieron origen y fueron precisamente los intereses especulativos, la venta de papeles no de bienes, la oferta de créditos sin sustentos con tal de conseguir las comisiones sobre colocación sin medir los riesgos ni asegurar la cartera al corto y mediano plazo, entre muchas razones más de pura especulación.

Ante estos tiempos, tenemos que pensar en ser creativos. Bien decía Albert Einstein, “En tiempo de crisis, la imaginación es más importante que el conocimiento”. De que nos sirven los conocimientos de los grandes hombres de las finanzas, de los expertos de los organismos reguladores, de los grandes hombres del dinero. De qué ha servido todo esto? Ante la ambición desmedida, el capitalismo rampante, el neoliberalismo sin control, algo tenia que ocurrir y lo que ocurrió fue el sobrecalentamiento de la economía sobre una bonanza ficticia no sólo en México, mi paìs, sino en todo el mundo. Tanto en los grandes paìses industrializados, los del primer mundo como en los medianos y los pobres cada vez más pobres.

Lo único que nos queda es hacer acopio de nuestra imaginación, de nuestra creatividad, de nuestro empeño, de nuestras propias experiencias. De volver a tomar los principios lógicos de la economía de mercado con responsabilidad social, para volver a crecer. Me imagino lo bueno que podría suceder, si hoy, en cada población, ciudad, estado o región, nos desconectáramos de la paranoia de la crisis, apagáramos nuestros televisores, radios, cerráramos el diario y dejáramos de enterarnos de los caos externos y nos pusiéramos intensamente a trabajar para volver a recuperarnos en todos los sentidos.

Se que esto suena hasta absurdo y quizá para alguien, estúpido. Porque no faltará el que diga que estamos en el ojo de la tormenta o que el huracán apenas viene pero, al final de cuentas ¿Nos vamos a quedar con los brazos cruzados? Necesitamos volver a impulsar la economía interna, con el esfuerzo de todos, para que todos volvamos a tener más y mejores ventas. Al final, todos vendemos y si hacemos nuestro mejor esfuerzo lo vamos a conseguir, Nunca dejemos de ver el lado más amable de las cosas y aprovechemos nuestras experiencias para no volver a repetir nuestros errores como sociedad.

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Tu decides

¿Quiere emprender en la red de redes? A continuación le explicaremos  las opciones y las diferencias respecto a un negocio convencional.

El nombre

El primer obstáculo lo encontrará a la hora de buscar el nombre, ya que en Internet esta elección está condicionada por la disponibilidad de dominio.

Existen dos posibilidades: dar con un dominio gratuito o barato pero que, probablemente, requiera de una mayor inversión en marketing para darlo a conocer, o pagar una buena suma de dinero por un dominio más reconocible.

Como explica Yago Arbeloa, presidente de la Asociación de Inversores y Emprendedores de Internet, «un buen nombre de dominio ahorra inversión en marketing».

El alojamiento

El siguiente paso es contratar el hosting o alojamiento. Un hosting es el espacio de Internet que se alquila para su empresa. Puede compararse con el espacio del local de un negocio «afincado en el mundo real».

El coste del alquiler de este espacio puede variar en función de la intensidad del negocio pero, a modo de guía, un alojamiento normal cuesta unos 100 euros al mes.

«Si el negocio va bien, el hosting va a subir, pero es mucho más barato que un comercio físico», asegura Arbeloa. Por último, recuerde contratar los servicios de un buen abogado especializado en este medio.

La inversión necesaria

A la hora de montar un negocio en Internet hay una cosa que no cambia con respecto al negocio offline tradicional: hay que hacer un desembolso inicial. Pero ¿cuánto dinero se necesita?

Según Rodolfo Carpentier, presidente ejecutivo de Digital Assets Deployment, una incubadora de negocios online, depende de qué modelo de empresa quiera montar. Carpentier distingue entre tres modelos que a continuación desarrollamos.

Casi gratis

El primero de ellos, el de autoempleo, lo pondría en marcha, explica Arbeloa, «un apasionado de un tema que encuentra a gente a la que le interesa lo que tiene que ofrecer».

Con el tiempo, se van consiguiendo usuarios gracias a los cuales llegan la publicidad y el dinero. Para este modelo la inversión inicial es de cero euros, ya que se puede empezar con un hosting gratuito (por ejemplo, un blog gratuito), aunque a medida que aumenta el tráfico podría ser necesario acceder a un servicio más completo y acudir a un profesional que gestione la parte técnica.

Hasta 150.000 euros

El segundo modelo que distingue Carpentier es el de una empresa con un modelo de negocio que no está probado: «Se trata de ver un nicho en el mercado de Internet que aún no esté explotado«.

En este caso hace falta una financiación inicial de entre 50.000 y 150.000 euros.Más adelante, y para poner en marcha la campaña de marketing que dará a conocer la nueva y, por qué no, revolucionaria idea hará falta una segunda ronda de dinero de entre 300.000 y 800.000 euros.

«Internet es un medio en el que se necesitan muchos usuarios para alcanzar la masa crítica y para eso hace falta mucho marketing», explica Carpentier. Más adelante se harán distintas rondas de ampliación de capital, de manera que, en un periodo de entre tres y cinco años y con una inversión inferior al millón de euros, resultan rentables. Según asegura el propio Carpentier, «éste es el modelo más factible para pymes».

Más de 5 millones

Por último, el tercer modelo consiste en repetir un esquema ya probado. En este caso, «lo importante es tener un equipo directivo que sepa ejecutarlo bien y que sepa realizar las inversiones en el momento adecuado», asegura Carpentier.

Este tipo de negocios requiere de inversiones de entre 5 y 10 millones de euros, pero da como resultado empresas cuya facturación crece muy rápidamente. «Lo importante es cumplir con los compromisos», afirma Carpentier. Este modelo es factible para las pymes, pero probablemente llegue un momento en que se necesite acudir a una entidad de capital riesgo.

 

¿Cómo se construye una marca fuerte?

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Estos son los conceptos que presento en mi BabelBoard de Marketing-Comunicación: Marca asociada a un concepto único. Valores de personalidad y un estilo propio que consiga vender y posicionar. Un producto diferenciado, una creatividad atrevida, un presupuesto gestionado con efectividad e imaginación, una segmentación muy enfocada. Pepe Crespo

El español tiende a emprender siempre junto a un amigo.

La empresa de Carpintier, con presencia en Europa, Estados Unidos, China y Latinoamérica, apostó en su momento por proyectos como Tuenti, Buy Vip y Xplane, que acabaron siendo adquiridas por diferentes multinacionales a cambio de millonarias ofertas para sus principales accionistas.  Rodolfo Carpintier, presidente de Digital Assets Deployment, primera incubadora de negocios en Internet de España dio su respuesta y enfoque a las siguientes preguntas,

-¿Ha agudizado la crisis que vivimos el talento de los emprendedores?
El talento siempre ha estado latente, la crisis lo ha potenciado. Cuando hay menos alternativas, hay mucha más gente que se decide a emprender su propio negocio y eso hace que florezcan talentos que hasta ese momento no habían sido puestos en valor.
-Usted busca oportunidades de negocio por todo el mundo, ¿ha detectado alguna condición singular en el emprendedor español?
Yo creo que, generalmente, los emprendedores son muy similares en todos los continentes, tienen una idea, una ambición y un sueño que realizar y eso se repite en todas las partes del mundo, lo que cambia es la forma de organizarse. Algo que en España es habitual y en otras partes no he encontrado es la tendencia a emprender con amigos y eso no siempre es bueno, tampoco es que sea malo de por sí, pero hay que escoger muy bien los amigos si se quiere hacer una gran empresa. No se trata de prestar ni de deber dinero, se trata de trabajar juntos y no todo el mundo vale para trabajar con su amigo.
-En su día, usted apostó por Tuenti cuando casi nadie había vinculado la idea de una red social a una oportunidad real de negocio, ¿qué recorrido ve en la actualidad a las redes sociales?
Este año vamos a tener, muy probablemente, la salida a bolsa de Facebook, la red social más grande, y eso va a dar un gran impulso a todas aquellas redes sociales que tengan una masa crítica interesante.
-Cuando un medio de comunicación pone en marcha un negocio en la Red, echa de menos el conocimiento que las redes sociales tienen de sus usuarios ¿es determinante para culminar su idea con éxito?
Los medios que nacieron y se consolidaron en el siglo XX han de adaptarse al siglo XXI y eso no es tan sencillo, porque hay que cambiar muchas cosas y entre ellas, sin duda, el contenido social
.
-Está muy extendida la idea de que la única forma de hacer negocio en la Red, hoy en día, es vincular tu proyecto a los dispositivos móviles, ¿es realmente tan tajante?
Yo creo que eso se debe matizar. Hace no tanto tiempo, todos los negocios en Internet estaban ligados a la web, poco a poco llegaron a los dispositivos móviles, pero en el futuro próximo migrarán a otros entornos, cada vez se habla más del Internet de las cosas y realmente nadie sabe cuáles van a ser los equipos con los que vamos a interactuar por Internet dentro de diez o quince años. A corto plazo hay un movimiento claro hacia las tabletas o los teléfonos inteligentes, pero eso no quiere decir que sea lo único, hay muchas más cosas en movimiento y poco a poco habrá muchos más dispositivos para acceder a Internet y la Red será mucho más transparente. Internet estará en todo lo que tengamos, desde una televisión, que ya es una realidad en muchas casas, hasta cualquier electrodoméstico.
-¿Considera necesaria una mayor democratización en el acceso a Internet para que las oportunidades de negocio se multipliquen?
Eso ha dejado de ser un obstáculo. Hoy en día, cualquiera con una pequeña cantidad de dinero, mucho talento y muchas ganas, puede emprender en Internet.
-Usted insiste a quienes piden su colaboración que si no son capaces de plasmar su proyecto en una página, este no merece la pena.
No es tan dramático como esto. Lo que pasa es que si alguien es capaz de explicar por qué su proyecto es una necesidad y va a ser un éxito, con una página le vale. Si necesita treinta páginas es que no lo tiene nada claro.
-Qué respondería a quienes insisten en que nadie está dispuesto a pagar por nada en la Red.
Eso es mentira. En Internet la gente paga por las cosas que tienen valor añadido, un valor percibido. Lo que no hace la gente es pagar por algo que consiguen gratis en cualquier sitio.
-¿Qué convierte a un proyecto aparentemente sin sentido en una buena oportunidad de negocio?
La clave está en el equipo. Lo más importante es que tengan un equipo coordinado, que esté convencido de que va a ser capaz de sacar el proyecto adelante y que luego trabaje para conseguirlo. Es mejor un proyecto mediano con un buen equipo que un gran proyecto con un mal equipo.
¿Cuando deja una empresa de ser Start Up?
Deja de ser Start Up cuando llega a convertirse en un equipo de treinta o cuarenta personas y empieza a tener unas facturaciones por encima de los dos o tres millones de euros.

El gen emprendedor. ¿ Lo tienes o no?

Mucho se ha debatido acerca de si los emprendedores innovadores nacen o se hacen. Ahora, la ciencia parece haber dado una respuesta. Nacen en un 40 por ciento. Se hacen en el 60 por ciento restante…

El Dr. Craig Venter, reconocido como uno de los padres del Proyecto Genoma Humano, ha descifrado y analizado en forma íntegra su propia secuencia genética a partir de unos 32 millones de fragmentos de su ADN.

Y esta experiencia abre el camino a la «genómica individualizada», un campo que el propio Venter advirtió, cinco años atrás, como un buen negocio. Gracias a esto, dice Venter: «Dentro de una década, antes de que un bebé recién nacido abandone el hospital, sus padres podrán llevarse la esencia de su código genético en un CD».

Operando sobre esta línea biotecnológica, la empresa  californiana 23andMe, se llevó el primer puesto entre los 50 mejores inventos del 2008 por su kit de test genético domiciliario que permite estimar la predisposición de la persona a más de 90 características y condiciones genéticas, desde la calvicie hasta la ceguera.

El kit domiciliario provee los materiales necesarios con los cuales cualquiera puede extraer una muestra de su paladar mediante un hisopo y remitirla a la empresa para realizar un estudio exhaustivo de su genoma.

23andMe desarrolló también una nueva tecnología analítica que permitió reducir el precio de su análisis de 1.000 a 400 dólares (con una tendencia  futuro de llegar al razonable precio de 100 dólares).

Estos ejemplos, entre otros, nos muestran la disponibilidad de herramientas biotecnológicas para conocer las variantes genéticas de los distintos individuos. Y, en este punto, hay un descubrimiento que podría ayudar a resolver uno de los grandes dilemas del mundo de los negocios: Los emprendedores innovadores, ¿nacen o se hacen?

En efecto, en el brazo corto del cromosoma 11, se pudo establecer la presencia del gen D4DR responsable de la producción del receptor de un neurotransmisor con la propiedad de activar ciertas partes del cerebro (pero no otras).

Este gen se caracteriza por la repetición de su secuencia de ADN. Cuanto mayor sea el número de repeticiones, más ineficaz es el receptor. Un gen D4DR «largo» (más de 6 repeticiones) supone un bajo estímulo en ciertas partes del cerebro. Uno «corto», por el contrario, genera una alta sensibilidad.

Las personas con el gen D4DR «largo» tienen menos capacidad de respuesta al neurotransmisor y, para compensar esta deficiencia, necesitan tomar actitudes tendientes a incrementar su producción. Así, pueden lograr el mismo efecto que, con actitudes sencillas, obtienen las personas con el gen «corto».

Lo interesante del caso es que los poseedores del gen D4DR «largo», frente a la necesidad de mayores estímulos, desarrollarían una personalidad innovadora.

¿Significa esto que hemos descubierto la esencia del empresario innovador? ¿Todo está escrito en los genes? ¿Hemos descubierto el secreto de los capitanes de la industria y de los magnates puntocom?

En realidad, se ha establecido que el gen D4DR representa aproximadamente el cuatro por ciento de una personalidad innovadora. Y hay, al menos, otros diez genes involucrados en la base genética de nuestra personalidad.

Gracias al importante desarrollo de áreas como la genómica-proteómica y la bioinformática pueden analizarse aceptablemente todas las variantes y combinaciones posibles. En total, se estima en un 40 por ciento la incidencia de la herencia genética en la personalidad emprendedora-innovadora. El 60 por ciento restante, se explica por la nurtura, es decir, factores no genéticos adquiridos a través de la educación, el ambiente social, etc.

Hoy mismo, sin salir de su casa, usted puede solicitar un kit de test genético domiciliario, remitir las muestras y obtener los resultados por Internet con la posibilidad de consultar a distancia a cualquier especialista del mundo para conocer con certeza su natura.

En definitiva, innovador se nace y se hace. Pero, a la luz de estas investigaciones, algunos parecen presentar una mayor predisposición genética que otros. En un futuro cercano, como diría Craig Venter, tal vez todos los recién nacidos lleven, al salir del hospital, un CD con el genoma indicativo de sus potenciales cualidades, entre ellas, la del ser un empresario innovador.